Josep María Bosch i Aymerich. Arquitectura e ideas.
Ingeniero industrial, arquitecto y empresario catalán, a sus 97 años, Josep María Bosch se ha dedicado a crear empresas, trabajar por todo el mundo y hacer una fortuna de todo su trabajo. Y aún después de tantos años, sigue siendo un hombre vital y con muchos proyectos por delante.
Josep María Bosch recibe La Cruz de Sant Jordi, por Artur Más.
Desde hace ya unos años que cada temporada viajamos hasta la estación de esquí de Masella para pasar unos días y disfrutar en familia. Es allí donde escuché por primera vez hablar de él y cuando empezó a picarme la curiosidad por su trabajo. Ahora, es mucho lo que he conocido de Josep María Bosch, un visionario que ha conseguido triunfar con cada uno de sus proyectos.
Ha pasado mucho tiempo fuera de su tierra, Barcelona, pero desde hace ya unos años el arquitecto vive en un pequeño museo situado en pleno corazón de Barcelona, en Passeig de Gràcia. Y hablo de pequeño museo porque no hay rincón, tabique o estantería de su casa que escape a la acumulación de grandes obras de arte. Tanto pintura, escultura (obras de Rodin y Limona, entre otras) e incluso piezas que formaron parte de la arquitectura romana o egipcia.
Pero en el piso superior, donde se ubican las oficinas de su empresa, puedes encontrar las paredes llenas de fotografías de edificios en los que ha participado el arquitecto. La sede de Campsa, la autopista de Euskadi, libros sobre sus obras o un catálogo de las estación de Masella (Girona).
Josep María es el fundador del Grupo Bosch Aymerich, que cuenta con el negocio de la estación de esquí, con algo más de media docena de hoteles y con una división de promoción inmobiliaria, cuya abanderada es la marca Levitt Bosch Aymerich, centrada en la promoción de viviendas de alto standing.
Un hombre que ahora vive rodeado de fortuna pero que no siempre ha sido así. Su infancia estuvo marcada por la pobreza y la ruina económica y después de que su padre fuera asesinado, Bosch i Aymerich se repuso y estudió las carreras de Ingeniería y Arquitectura a la vez. Al acabar, obtuvo el premio nacional de fin de carrera y el ministerio le ofreció irse a EEUU y convertirse en delegado exterior del Instituto Nacional de Industria (INI).
Cuando regresó a Barcelona, lo hizo como director técnico industrial del Consorcio de la Zona Franca de Barcelona, donde acabaría instalando la nueva Seat.
Fue más tarde cuando empezó a despegar su fortuna económica. Ha diseñado muchas obras públicas en España y ha firmado los diseños de edificios como la antigua sede de La Caixa en Madrid. “He trabajado en Irán, Arabia Saudí, Londres… y siempre he pagado mis impuestos”. Pero este es otro tema.
Además, Josep María Bosch se considera un visionario -como ya he dicho al principio-. Está obsesionado con repensar España y modificar su estructura administrativa, ya que su propuesta plantea anexar Portugal y constituir un Estado Ibérico formado por cinco macroregiones. Incluso piensa en crear un lobby económico para cambiar la estructura de Estado. Y todo esto él solo con su forma de pensar y sus ideas. Además, él mismo, propuso un manifiesto como punto de partida, al que llamó “Repensar España”. (Aquí).
Otra de sus iniciativas en la que últimamente concentra trabajo y muchas esperanzas, es la Fundación Privada Bosch i Aymerich que creó en 1996 y cuyo principal objetivo es fomentar los estudios y la creación en los ámbitos de la arquitectura y el urbanismo.
Toda un vida dedicada a su pasión, a un trabajo y una dedicación a la que todavía hoy sigue poniéndole ganas y entusiasmo. Un claro ejemplo de estar enamorado de lo que haces, pero sobre todo, un ejemplo de que el trabajo y la constancia te harán llegar donde te propongas.
«Cuando más trabajo, más suerte tengo.» Josep María Bosch i Aymerich.
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