Edificios del futuro que nacen de un pasado
Estamos muy acostumbrados a que todos los edificios sostenibles que se crean tengan un aspecto futurista, tecnológico. Y lo que no sabemos es que de la rehabilitación de edificios antiguos puede generarse la misma o una mayor cantidad de energía que con un inmueble totalmente nuevo.
Y esto es lo que nos demuestra Josep Bunyesc con su reforma de Can Portabella, en el barrio barcelonés de Sant Andreu.
Cuando se construyó en el sigo XIX, era sede de la sociedad algodonera y hoy en día se mantiene vivo y lleno de energía, literalmente: genera más energía de la que consume gracias a los paneles solares instalados en la cubierta, al aislamiento de las fachadas y al empleo de madera en la estructura de las plantas. Además, acumula agua de lluvia y cambia según la estación para atrapar o rechazar los rayos solares.
El gran reto de la transformación era mantener viva la esencia del edificio, adaptándolo a las necesidades actuales. Hicieron crecer la superficie útil añadiendo una nueva planta y recuperando el atrio interior; devolvieron la luz natural a los espacios y, como decíamos antes, lo transformaron en un edificio de un reducido consumo energético.
Cuántos edificios así podrían aprovecharse, ¿no creéis?
¡Feliz viernes!
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