Jugando a construir
Durante estos días de Semana Santa he tenido tiempo para leer un libro que me gustaría recomendar. Se trata de «Historia de los juguetes de la construcción», editado por Cátedra y escrito por Juan Bordes. En él se hace un recorrido en paralelo entre las construcciones de las vanguardias y los diferentes juguetes centrados en la construcción de esa época. Y descubrimos ciertas similitudes e incluso elementos que nos hacen sospechar que determinadas características de los juguetes pudieron influenciar o ayudar a realizar determinadas obras.
Me gustó, entre otras muchas cosas, que el autor no se lanzase de lleno a la recreación de la nostalgia (de hecho ya adelanta que él sólo tuvo un Lego y que apenas jugó con él) sino que crea un discurso tremendamente constructivo (como no podía ser de otra forma).
Yo soy un gran aficionado a los juguetes constructivos. De hecho creo que bien usados, todos lo son. Unos te ayudan a construir castillos, fuertes apache o casas para tus muñecas y otros te ayudan a construir mundos imaginarios o autopistas por donde circulan dragones y monstruos a sus anchas. Y reivindicamos en el estudio la diversión como motor de toda actividad. Aquí hemos venido a divertirnos. Y sabemos por experiencia que la forma más eficaz de divertirse es jugando. Solo o con amigos, pero hay que jugar. Curiosear. Descubrir. Fantasear. Probar. Pegarse piñas y llenarse las rodillas de arañazos. Y volver a jugar.
En el momento en el que dejemos de hacerlo esta profesión (y cualquiera a la que te dediques) se convertirá en un aburrimiento insoportable. Así que con vuestro permiso, os recomiendo este libro. Y si no os gusta, seguro que a vuestros hijos les viene genial como tienda de campaña para los vaqueros ; )
Salud y juegos.
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