La curva y el modernismo
El edificio de la Masía Freixa es un de los ejemplos más importantes sobre el impacto del modernismo en nuestro país.
Para su construcción se contó con el que fuera arquitecto municipal de Terrassa, Lluís Muncunill i Parellada. Que creó una joya modernista inspirada en las obras del genio Antoni Gaudí, que en ese momento se encontraba inmerso en la reforma de la Casa Milá del paseo de Gràcia y que ya era un arquitecto mundialmente reconocido.
Lo más característico de este edificio son sus arcos catenarios. Esos arcos son los que suponen la mayor seña de identidad de la arquitectura de la Masía Freixa, el edificio que mejor ha definido el lenguaje propio de la arquitectura de Muncunill.
Técnicamente, las catenarias evitan la aparición de esfuerzos distintos de los de compresión en la estructura. Son una solución ideal en arquitectura, además de transmitir entidad y elegancia a los porches de las entradas Sur y Oeste de la Masía.
Las imponentes curvas de la Masía Freixa en color blanco, con su sinuoso tejado cubierto en mortero gris, se pueden considerar un interesante punto de partida para una de las grandes obras de la arquitectura del siglo XX, como es la capilla de Notre Dame du Haut en Ronchamp de Le Corbusier.
Muncunill creo a una solución inteligente y sorprendente. Incrustó pequeños cristales en el tejado para que brillase tanto de día como de noche. Conjuga así la tradición de la bóveda catalana con los materiales más innovadores de la época.
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